Al soñar con Santo Tomás de Aquino Un abortista con más de 40 000 abortos se convirtió en una activista pro-vida

20150507-124317.jpg

«Saqué este pegote diciendo que debían ser fragmentos de huesos y lo puse sobre la tela. Miré y ví un corazón humano, que se encogía y que latía y latía…Me volví loco, Ví el corazón batir despacio, más despacio, más lentamente, hasta que se detuvo completamente. Nadie podía ver lo que vi con mis propios ojos y que me hizo comprender que «Yo maté a un ser humano»

Por Sarah LiveActionNews Terzo – artículo de CQV . traducción y edición libre CatólicasMéxico.

Este era un aborto de rutina en el segundo trimestre de embarazo. Era el noveno aborto de esta mujer, cuenta el ex abortista Stojan Adasevic en el documental «la première heure» («la primera vez»).

El doctor Adasevic, que es ahora uno de los líderes provida en Serbia, había practicado más de 48 000 abortos hasta que tuvo algunas dudas sobre lo que hacía y eso lo llevó a detener esta práctica. Otras fuentes estiman que fueron cerca de 60 000 abortos.

Él atribuye su conversión pro-vida a dos elementos: una extraña sucesión de sueños y una experiencia particularmente molesta en una aborto de rutina. Así pues él Cuenta el procedimiento del mismo:

«Abri el vientre, rasgé la placenta, después de lo cual la fuente s rompió y pude trabajar con mi fórceps de aborto. Encontré algo, lo rompí , lo extraje y tiré sobre un paño. Miré y era una mano – una mano bastante grande. El niño tenía 3 o 4 meses, No tenía nada para medirlo.»

-A los Tres meses de embarazo, el bebé está completamente formado, incluyendo los dedos y las uñas- Todos sus órganos y sistemas del cuerpo están ahí. Tiene huellas dactilares y respira líquido amniótico para prepararse para la vida fuera del cuerpo de la madre. – Sr. Adasevic continúa con su relato»

«Alguien había vertido yodo sobre la mesa y la mano cayó de tal manera que las terminaciones nerviosas entraron en contacto con el líquido. ¿Qué está pasando? Miré y me dije: «Dios mío, la mano se mueve sola». Continué trabajando con mis pinzas, rompí algo más, lo extraje Me dije «Espero que no sea una pierna». La ví y era una pierna.

Quise poner la pierna sobre la mesa, con cuidado, para ponerla cerca de la mano que se movía. Bajé el brazo y escuché un ruido muy fuerte detrás de mi espalda. Salté y automáticamente, relajé el fórceps. En este momento, la pierna saltó y cayó cerca de la mano.

Ví la mano y la pierna que se movían solas. Pero continué con mi instrumento hacia el vientre y empecé a romper lo que contenía. Yo pensé que todo lo que necesitaba, para completar el trabajo , era encontrar el corazón. Seguí la rutina, triturar, triturar para asegurarme de hacer de papilla con lo que queda dentro y retiré así, mis fórceps.

Saqué este pegote diciendo que debían ser fragmentos de huesos y lo puse sobre la tela. Miré y veo un corazón humano, que se encogía y que latía y latía…Me vuelvo loco, Veo el corazón batir despacio, más despacio, más lentamente, hasta que se detuvo completamente. Nadie podía ver lo que vi con mis propios ojos y que me hizo comprender que «Yo maté a un ser humano»

Esta extraña y terrible experiencia abrió los ojos de Stojan Adasevic sobre lo horrible de la práctica del aborto. Este encuentro con la humanidad del niño por nacer fue agudo contraste con el entrenamiento que había recibido. En el documental, el Sr. Adasevic describe sus días de trabajo como un abortista:

«Hacía de 20, 25, 30 o incluso 35 abortos por día. Trabajamos cinco días a la semana»

Durante su entrenamiento, le habían enseñado que el feto era un subhumano y que la vida no empezaba antes del nacimiento del bebé.

Nos metían en la cabeza que la vida comenzaba desde el primer llanto del bebé que, hasta entonces, este ser humano era sólo otro órgano del cuerpo de la madre, como un apéndice. La extirpación del apéndice del cuerpo de la madre no es asesinato.

Sólo un niño nacido y que había gritado podía ser asesinado. . Si él no había gritado, no se podría hablar de asesinato. Eso por eso que inmediatamente después del nacimiento, se le precipitaba la cabeza en un balde de agua. El niño que respira agua en vez de aire no llora y por lo tanto no era considerado como un asesinato. Es terrible, pero las cosas eran así.

El aborto y el infanticidio eran tan moralmente elegibles. Estas prácticas eran legales. Stojan Adasevic explica que comenzó a tener dudas sobre el aborto después de haber tenido sueños extraños. El documental dice:

«Soñé con un campo maravilloso lleno de niños y jóvenes que jugaban y reían tenían edades que fluctuaban entre 4 y 24 años, pero que tenían miedo de verme y huían. Un hombre vestido de blanco y negro permanecía en silencio.

Este sueño se repetía todas las noches y despertaba con sudores fríos. Le pregunté quien era …me contestó Santo Tomás de Aquino

«¿Por qué me preguntas quiénes son estos niños?» preguntó St Thomas en su sueño.

«Son los niños que tu mataste por el aborto», respondió. (…)

El ultrasonido comenzó a existir y mostraba imágenes de los bebés por nacer . Esta nueva tecnología no influyó sobre Stojan Adasevic, pero empezó a tener una serie de sueños.

Después de estos terribles sueños y la horrible experiencia de aborto, Sr. Adasevic anunció al hospital donde trabaja que no haría más abortos. Su conversión pro vida le costo muy caro.

Fue la primera vez que un médico en la Yugoslavia comunista se negaba a realizar este acto. Me disminuyeron mi sueldo entre dos, despidieron a mi hija y no permitieron que mi hijo entrara a la Universidad.

Sr. Adasevic trabaja para cambiar corazones y mentes. Él emitió un documental pro-vida en la televisión Serbia. Su conversión fulgurante hiela la sangre, pero también es emocionante. Un abortista encarnecido se convierte en un héroe pro-vida.

Es importante señalar también que Stojan Adasevic iba a ser abortado. Su madre, embarazada, pidió tener un aborto, pero el abortista falló y el niño nació vivo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *