Original de lifenews.com traduccion libre para catolicasmexico.com
Hoy en día, millones de niños en América tienen hermanos o hermanas que nunca conocerán a causa del aborto.
El hijo de la promotora del aborto Liz Jones es uno de ellos. El blog de Tumblr «Pregnant, Parenting & Pro-Choice» (Embarazada, Criando niños, y Pro-Elección)destacó la historia del aborto de Jones, una de muchas en el sitio.
Jones escribió un breve resumen de su aborto y sus experiencias con su hijo:
Mi nombre es Liz Jones y soy una madre pro-elección. Tuve mi hijo hace dos años y un aborto el año pasado. Después vivir un parto traumático y el estigma del aborto, me convertí en una partera para ayudar a otros padres a través de difíciles cambios. Creo que todos merecen amor, apoyo y autonomía a través de toda la gama de experiencias del embarazo.
El propósito del blog parece ser que es demostrar que los activistas del aborto pueden ser buenos padres. La introducción del blog afirma que no hay ninguna «contradicción entre el acceso aborto y apoyar el derecho a ser padres». Invita a las madres para compartir historias y fotos sobre por qué son pro-elección y propaga el hashtag #ProChoiceParents.
Aunque el hijo de Jones (junto con los niños de varios escritores en el blog) es demasiado joven para entender el aborto de su madre, algún día lo entenderá. El impacto del aborto en los hermanos del niño por nacer puede ser fuerte, tanto física como emocionalmente – y está respaldado por investigaciones.
Aunque no se aplica en el caso de Jones, las mujeres que han tenido abortos y luego más tarde dan a luz a otros hijos enfrentan un mayor riesgo de parto prematuro. Un estudio de Amsterdam publicado en el año 2015 descubrió que el aborto quirúrgico y los abortos espontáneos aumentan el riesgo de un posterior parto prematuro (menos de 37 semanas) de 28 por ciento y el riesgo de parto muy prematuro (menos de 32 semanas)de 69 por ciento. Numerosos estudios reportan riesgos similares.
Los bebés que nacen prematuramente a causa de un aborto anterior están en mayor riesgo de morir o de tener problemas de salud durante toda su vida. Los informes del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) reportó: «las muertes relacionadas con [los nacimientos] prematuros representaron el 35% de todas las muertes infantiles en el 2010, más que cualquier otra causa.» El CDC también dice: «el nacimiento prematuro es también la principal causa de discapacidad neurológica a largo plazo en los niños. Los partos prematuros costaron al sistema de salud de americano más de $ 26 billones en 2005.»
El aborto también puede tener efectos emocionales a largo plazo en los hermanos, según el Dr. Philip Ney, un prominente investigador y psicólogo infantil. Ney descubrió que los hermanos de niños abortados a veces experimentan síndrome del superviviente, similar a los soldados que regresan de la guerra o los sobrevivientes del Holocausto. Estos hermanos post-abortivos luchan con el conocimiento que ellos están vivos porque eran deseados pero sus hermanos no lo eran, según la investigación de Ney.
«El síntoma más prominente del síndrome del superviviente post abortivo es culpa existencial, siento que no merezco estar vivo,» dijo Ney. «Lo que hace el síndrome más difícil es el hecho de que se trata de los padres de la persona que la querían tener, pero mataron a sus hermanos no deseados. Ser deseado ha determinado quién vive y quién muere. Esto hace del lema de Margaret Sanger «el primer derecho de todo niño es ser deseado» una farsa. El primer y único derecho inalienable es ser, para vivir y ser acogidos en una familia. Los niños deseados experimentan casi todos síntomas del síndrome junto con largas luchas en la vida «.
Según la investigación de Ney, los hermanos pueden mostrar síntomas de depresión, ansiedad, vergüenza, culpa, autolesión, baja autoestima y disociación.
Aunque a los activistas del aborto no les guste admitirlo, el aborto tiene un efecto de ondulación que se extiende más allá del niño por nacer y la mujer. Lanzan la «autonomía corporal» como una razón para el aborto, ignorando el hecho de que la pérdida de una vida humana inocente a través del aborto afecta a toda la familia.