Doctor que practicaba abortos comenzó su conversión cuando en el Santuario de la Santísima Virgen de Guadalupe oyó una voz que le decía : «¿porqué me haces daño?»

Debí presionar el botón para llamar al equipo de Neonatología para ayudar a revivir al bebé. El Dr. Palmer entró y me miró fijamente a los ojos diciéndome: «deje de darme tumores. » Yo aborté al bebé, era demasiado grande, demasiado desarrollado, Él estaba respirando. »
Por Nancy Flanders de LiveActionNews – en el sitio www.cqv.cq.ca traducción y edición libre CM.

«Creí en la mentira,» dice el Dr. Bruchalski durante un discurso en una conferencia de la Pro-Life Action League «el Aborto y la anticoncepción eran cosas buenas para las mujeres. […] yo Sostenía los fórceps. Los manipulaba. […] El tubo que introducía medía 20 centímetros. Era la distancia que me separaba del niño al que le arrancaba la vida. ¿Y que pasaba a través de la cánula, mis dedos, mi brazo hasta mi corazón y mi corazón se vuelve cada vez más duro. Lo sé porque es lo que he hecho. »
Después de años de abortos, Bruchalski dijo que la oración de intercesión fue la clave de su conversión. Durante su visita a la Virgen de Guadalupe en la ciudad de México, oyó una voz preguntarle: «¿porqué me haces daño? »
A pesar de haber escuchado esta voz, Bruchalski vuelve a su casa y continúa realizando abortos, incluyendo uno que salió mal.
«Estaba tratando de realizar un aborto, dice Bruchalski. No tomé en cuenta la historia de la paciente adecuadamente. Había perdido sus aguas. Dije rápidamente: «vamos a dar a luz a su bebé. No podrá sobrevivir.» La ayudé a parir. […] El bebé pesó una libra y dos onzas. Debí presionar el botón para llamar al equipo de Neonatología para ayudar a revivir al bebé. El Dr. Palmer entró y me miró fijamente a los ojos diciéndome: «deje de darme tumores. » Yo aborté al bebé, era demasiado grande, demasiado desarrollado, Él estaba respirando. »
Poco después del incidente, Bruchalski acompañó a su madre a una peregrinación a otro lugar de culto. Es en este punto, dijo, que su mundo se derrumbó. Sabía que tenía que dejar de participar en abortos.

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Dejó la industria del aborto y fundó el Centro para la familia del Tepeyac, un consultorio de atención obstétrica y ginecológica y otro centro de atención «de la divina misericordia», una organización de salud sin fines de lucro. Los dos están trabajando conjuntamente para ayudar a las mujeres ante embarazos inesperados.
Además, Bruchalski recientemente recorrió 42 escuelas de medicina para dar una presentación llamada «Somos pro-elección? » Él observó que los estudiantes de medicina querían escucharlo.
Bruchalski insta a los activistas pro vida que continúen estando presentes fuera de clínicas de aborto. Cree que deben estar juntos para hacer del aborto algo «indeseable». Según él, «debemos ayudarnos unos a otros, orar y sacrificarnos por nuestro prójimo. […] Las Conversaciones no están sujetos a horarios. Simplemente debemos ser instrumentos del amor y de la misericordia de Dios. »

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