TRAFICANTES DE ARTE SACRO: DOS JUDÍOS INTENTAN ROBAR EL TESORO EUROPEO DE LOS GÜELFOS

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Articulo original de www.jeune-nation.com/ Traducción libre para catolicasmexico.com

Dos traficantes de arte judíos se atreven a reclamar la posesión de las cuarenta y cuatro piezas del tesoro de los Güelfos, tesoros de la Iglesia conservados hoy en el Museo de Artes decorativas de Berlín. Se trata de joyas de la artesanía europea, tesoros del ingenio europeo y sus valores, creados entre el siglo XI y el siglo XV.

Se trata del mayor tesoro de la Iglesia conservado en un museo de Alemania. Fue reunido gracias al estado prusiano en 1935, que desembolsó en aquella época 4,25 millones de reichsmarks, unos años después ese tesoro fue dispersado, particularmente debido a la situación económica impuesta en Alemania. Ernesto Augusto III de Hannover, despojado de sus títulos y posesiones, se vio forzado a venderlo, y los carroñeros, que se enriquecían mientras que Alemania se hundía en la crisis, consiguieron las joyas europeas a un precio insignificante.

 

Hoy, dos familias de traficantes de arte otra vez quieren robar estos tesoros a los europeos. El «británico» Alan Philip y el «americano» Gerald Stiebel afirman que la venta en ese entonces no fue válida. Por el simple hecho de que son judíos, afirman que no sólo pueden conservar el dinero pagado en 1935 por el estado alemán para recuperar su tesoro espoliado una vez por sus antepasados, pero además tienen que ‘recuperar’ estas obras.

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El caso es aún más despreciable en razón de que la obra religiosa representa a Cristo – asesinado por los judíos – y su madre, la Virgen María, objeto aún hoy en día de profanación e insultos perpetrados por los judíos en Palestina ocupada.

 

Más allá de un caso particular, es una ilustración más de la guerra milenaria que se libra contra Europa, su cultura, su historia, por la gente que se permite todos los crímenes con impunidad hoy en día, rechazando cualquier juicio, pero se siente capaz de exigir la aplicación de la ‘justicia’ antigoy en las supuestas «desgracias» que les han sucedido durante los últimos 30  siglos.

 

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