Origen de la Guardia de Honor

PRESENTACIÓN:

Práctica nacida en el Monasterio de la Visitación de Bourg, Francia, en 1863

La Guardia de Honor es una piadosa milicia que rodea Jesucristo, Rey inmortal de los siglos, abandonado, ultrajado y perpetuamente inmolado en su Trono Eucarístico. Estos fervorosos centinelas, escogen una hora al día, y en ella, sin dejar sus ocupaciones habituales, se postran en espíritu frente al Sagrario, a imitación de la primera Guardia, compuesta por Nuestra Madre Dolorosa, San Juan y Santa María Magdalena.

Este real servicio de adoración conviene muy especialmente los miembros de una Obra que reconoce y proclama la dignidad Real de Jesucristo. Los Guardias de Honor lo saben muy bien y le reservan el mejor lugar en sus ejercicios de piedad.
Se puede creer que las mayores bendiciones del Corazón de Jesús corresponderán intectiblemente, y recompensarán el sacrificio de sus humildes adoradores.

CONDICIONES DE ADMISIÓN.

Para formar parte de la Guardia de Honor y participar de sus innumerables beneficios, se necesita:
1° Inscribir su nombre en algún centro para ello autorizado; a lo menos ser inscrito por alguno de los Directores, Celadores ó Celadoras de la Obra, también autorizados por el mismo, para este fin.
2° Estar inscrito en uno de los Cuadrantes (ver ilustración superior) de registro de una Cofradía legítimamente establecida.
3° Hacer con regularidad la hora de Guardia. (Nada obliga bajo pecado)