Se aconseja rezarla del dia 11 al 19 de cada mes.
Para la conversión de los pecadores.
Para el persón de las blasfemias.
Para la protección de la Santa Iglesia.

PRIMER DIA.
Postrandome a vuestros pies, ¡oh tierna Madre! os pido (Aqui se dice lo que se desea obtener en la Novena ) no pudiendo olvidar que vinisteis a la montaña de la Salette, para recordarme mis deberes de Católico y que no obtendré mi petición de esta novena sino estoy en estado de gracia, por medio de una buena confesión, además trabajaré con todo mi corazón para corregir mis defectos. ¡Oh Virgen reconciliadora de los pecadores! obetenedme esta gracia entre las gracias porque con ella, Dios me concederá todo por añadidura.
Animado al ver tantísimos milagros obtenidos por medio de Vuestra interseción ¡Oh Nuestra Señora de la Salette! vengo hasta Vos para que grabeis en mi corazón cada día de esta novena, algo de lo que enseñaisteis en Vuestra Misericordiosa aparición.
Oración para todos los dias.
Acordaos ¡oh Nuestra Señora de la Salette! Vos que sois la verdadera Madre de los Dolores, de las lagrimas que habeís derramado por mí en el Calvario y en Vuestra Misericodiosa Aparición, Acordaos también del esfuerzo que empleais para alejarme de los rayos de la Justicia de Dios, Mirad y decidme si después de tanto esfuerzo para protejer a Vuestro hijo podeís abandonarlo. Animado por esto, me postro a Vuestros pies a pesar de mis infidelidades y de mis ingratitudes. No rechaceíz ¡oh Madre de la Renconciliación! antes bien convertidme, concededme la gracia de amar a Jesús por encima de todo y de consolaros teniendo una vida santa para que asi pueda veros un día en el cielo.
Amén.
Indulgencia de 200 días otorgada por el Cardenal Bégin, el 30 de mayo de 1919.
Nuestra Señora de la Salette Abogada de los pecadores.
Rogas por nosotros que recurrimos a Vos.
Jesus Mío.
Dulce Corazón de María.
Misericordia. (100 días de Indulgencia)
Sed la Salvación del alma mía.
SEGUNDO DÍA
¿Madre mía, porque lloras tan triste y tan sola sentada en esta roca? -Hijo mío lloro para que aprendas a llorar tus pecados, la tierra de tu alma se encuentra en la desolación total, porque no te alejas del mundo, porque no meditas las grandes verdades de la fe, los fines últimos y las terribles consecuencias de tu ligereza en esta vida. Retírate constantemente en la soledad y ahí Mi Hijo te inspirará resoluciones definitivas para tu salvación- (aqui se dice lo que se desea obtener en esta novena) Oh Madre, tengo tantos motivos para mezclar Vuestras lágrimas a las mías, demasiado he resistido al llamado de Nuestro Señor Jesús, ayudadme a no pensar, a no hablar ni actuar en nada que no esté de acuerdo a su Divino Corazón.
Oración para todos los dias.
Acordaos ¡oh Nuestra Señora de la Salette! Vos que sois la verdadera Madre de los Dolores, de las lagrimas que habeís derramado por mí en el Calvario y en Vuestra Misericodiosa Aparición, Acordaos también del esfuerzo que empleais para alejarme de los rayos de la Justicia de Dios, Mirad y decidme si después de tanto esfuerzo para protejer a Vuestro hijo podeís abandonarlo. Animado por esto, me postro a Vuestros pies a pesar de mis infidelidades y de mis ingratitudes. No rechaceíz ¡oh Madre de la Renconciliación! antes bien convertidme, concededme la gracia de amar a Jesús por encima de todo y de consolaros teniendo una vida santa para que asi pueda veros un día en el cielo.
Amén.
Indulgencia de 200 días otorgada por el Cardenal Bégin, el 30 de mayo de 1919.Nuestra Señora de la Salette Abogada de los pecadores.
Rogas por nosotros que recurrimos a Vos.
Jesus Mío.
Dulce Corazón de María.
Misericordia. (100 días de Indulgencia)
Sed la Salvación del alma mía.
TERCER DÍA.
Madre mía .¿qué quiere decir esta cruz luminosa que está en Vuestro pecho porqué este torrente de lágrimas que caen de Vuestros ojos sobre este divino crucifijo? – Hijo mío, Respóndeme, ¿en alguna ocasión por medio del pecado mortal ultrajaste y crucificaste a tu Salvador y a tu Dios? ..no ves por la cruz el signo adorable de nuestra salvación blasfemado y prohibido en todas partes?¿no hay porqué llorar lágrimas de sangre frente a tales impiedades? Apresúrate a calmar el brazo irritado de mi hijo no dejes que caiga su sangre divina sobre tí y los tuyos tiembla y que no los abandone. Mira, estudia, adora agradece Jesús en la Cruz. Él es el remedio a todos los males, el modelo de todas las virtudes, llévalo sobre tu pecho y sobre todo sobre tu corazón. Él en cambio te llevará al cielo.
Oración para todos los días.
Acordaos ¡oh Nuestra Señora de la Salette! Vos que sois la verdadera Madre de los Dolores, de las lagrimas que habeís derramado por mí en el Calvario y en Vuestra Misericodiosa Aparición, Acordaos también del esfuerzo que empleais para alejarme de los rayos de la Justicia de Dios, Mirad y decidme si después de tanto esfuerzo para protejer a Vuestro hijo podeís abandonarlo. Animado por esto, me postro a Vuestros pies a pesar de mis infidelidades y de mis ingratitudes. No rechaceíz ¡oh Madre de la Renconciliación! antes bien convertidme, concededme la gracia de amar a Jesús por encima de todo y de consolaros teniendo una vida santa para que asi pueda veros un día en el cielo.
Amén.
Indulgencia de 200 días otorgada por el Cardenal Bégin, el 30 de mayo de 1919.Nuestra Señora de la Salette Abogada de los pecadores.
Rogas por nosotros que recurrimos a Vos.
Jesus Mío.
Dulce Corazón de María.
Misericordia. (100 días de Indulgencia)
Sed la Salvación del alma mía.
CUARTO DÍA
Madre mía, Los testigos de Vuestra aparición hablan sin cesar de Vuestra Modestia, de Vuestra mirada, de la sencillez en Vuestro vestir, solo un vestido sencillo, un babero modesto, un peinado que cubre Vuestras orejas y cabellos, el cuidado que pusisteis en esconder Vuestro rostro angelical al pequeño vidente. De esta manera condenasteis el orgullo, el lujo y la sensualidad que tiene tantas víctimas en esta vida y en al otra. Ayúdame Madre para que tenga una vida interior, para que me esconda de los ojos el mundo, que me muestre solamente para servir a Jesus Cristo. Enseñadme a comprender que no puedo tener un corazón puro que practicando la pureza, la humildad, la mortificación y escapándome del mundo.
Oración para todos los dias.
Acordaos ¡oh Nuestra Señora de la Salette! Vos que sois la verdadera Madre de los Dolores, de las lagrimas que habeís derramado por mí en el Calvario y en Vuestra Misericodiosa Aparición, Acordaos también del esfuerzo que empleais para alejarme de los rayos de la Justicia de Dios, Mirad y decidme si después de tanto esfuerzo para protejer a Vuestro hijo podeís abandonarlo. Animado por esto, me postro a Vuestros pies a pesar de mis infidelidades y de mis ingratitudes. No rechaceíz ¡oh Madre de la Renconciliación! antes bien convertidme, concededme la gracia de amar a Jesús por encima de todo y de consolaros teniendo una vida santa para que asi pueda veros un día en el cielo.
Amén.
Indulgencia de 200 días otorgada por el Cardenal Bégin, el 30 de mayo de 1919.Nuestra Señora de la Salette Abogada de los pecadores.
Rogas por nosotros que recurrimos a Vos.
Jesús Mío.
Dulce Corazón de María.
Misericordia.
(100 días de Indulgencia)
Sed la Salvación del alma mía.
QUINTO DÍA.
Madre mía, llorasteis todo el tiempo que hablasteis en La Salette y Vuestras lágrimas eran cada vez más abundantes conforme crecían los crímenes que nos reprochabais: la rebelión contra Dios y su Iglesia, la blasfemia,la profanación del Día del Señor, el desprecio de las leyes de penitencia y de la advertencia de suceso sobrenaturales, la ingratitud hacia Vuestros amor y hacia Vuestros beneficios… ¡Sigue llorando Madre! continúa esas lágrimas bienaventuradas para ablandar nuestros corazones, para obtenernos las lágrimas de una verdadera penitencia y para probar la sinceridad de la mía, quiero desde este día combatir todos estos grandes crímenes que nos reprochas.
Oración para todos los días.
Acordaos ¡oh Nuestra Señora de la Salette! Vos que sois la verdadera Madre de los Dolores, de las lagrimas que habeís derramado por mí en el Calvario y en Vuestra Misericodiosa Aparición, Acordaos también del esfuerzo que empleais para alejarme de los rayos de la Justicia de Dios, Mirad y decidme si después de tanto esfuerzo para protejer a Vuestro hijo podeís abandonarlo. Animado por esto, me postro a Vuestros pies a pesar de mis infidelidades y de mis ingratitudes. No rechaceíz ¡oh Madre de la Renconciliación! antes bien convertidme, concededme la gracia de amar a Jesús por encima de todo y de consolaros teniendo una vida santa para que asi pueda veros un día en el cielo.
Amén.
Indulgencia de 200 días otorgada por el Cardenal Bégin, el 30 de mayo de 1919.Nuestra Señora de la Salette Abogada de los pecadores.
Rogas por nosotros que recurrimos a Vos.
Jesús Mío.
Dulce Corazón de María.
Misericordia.
(100 días de Indulgencia)
Sed la Salvación del alma mía.