Por Kari LiveActionNews Williams – del sitio www.cqv.ca.cq traducción y edición libre CM
Hacia el final de febrero, descubrí que estaba esperando mi segundo niño. El 21 de marzo del 2014 tuve mi primer ultrasonido. Entonces estaba embarazada de 8 semanas. Me dijeron que todo iba según lo planeado, así que mi próximo ultrasonido sería el 13 de junio del 2014.
Este día que tanto esperaba llegó finalmente
Llevé a mi madre y a mi hijo de 3 años. Tomó unos minutos y el técnico,me dijo «¿quiere saber lo que tienes?»
Emocionada le dije sí. Había orado para que fuera una niña porque ya tenía mi niño. me dijo, «Es una niña».
¡Estaba tan contenta! Ya habíamos elegido un nombre:¡ Marley Jane!
El técnico comenzó a tomar medidas de mi querida Marley. (…) me dijo: «Tengo que decirte algo». Estaba aniquilada. Mi peor pesadilla estaba ocurriendo.
Me dijo que, según las medidas y lo que ella había notado, mi hija parecía no tener ningún cráneo. Además, no estaba segura de que tuviera cerebro.
(…)
Pensé que si ella nacía con alguna discapacidad, iba a cuidar de ella, porque era mi hija.
Todavía no tenía idea de cual sería el diagnóstico. Estaba en una habitación a la espera de que el médico llegara. El esperar en esta habitación me pareció que duró una eternidad.
La Dr. volvió entonces y comenzó por decirme: «¿conoces la anencefalia?» Mi respuesta fue, ‘no ‘. Entonces, me explicó lo que era.
Perdí la cabeza. Mi peor temor se convirtió en realidad.
Ella comenzó a decirme que debía dar a luz tan pronto como fuera posible, ya que tenía la presión arterial alta. Le respondí que nunca haría eso. Que portaría a mi hija hasta el final como lo había hecho con mi hijo. (…)
5 días después, vi a un especialista, me dijeron que mi hija tenía cerebro y sólo le faltaba el cráneo. Me dijeron que esta condición se llamaba exencefalía que no había ningún problema para continuar el embarazo (…)
El 12 de septiembre de 2014,tuve que dejar mi trabajo porque mi condición empeoró. Me dijeron que tenía el riesgo de dar a luz prematuramente. Estaba afligida, porque quería donar las válvulas del corazón de Marley. Entonces hablé con LifeNet en Virginia, que es donde vivo. Me dijeron que las válvulas del corazón de Marley podrían donarse a dos bebés, cuando Marley pesara 8 libras al nacer. Sabía que si el trabajo iniciaba prematuramente, sería demasiado pequeña para donar sus órganos.
El 19 de septiembre del 2014, tuve pérdida de líquido amniótico.
El 23 de septiembre, mis contracciones eran muy fuertes. Mi madre me llevó al hospital, y al mediodía, fui admitida con 5 centímetros de dilatación. Estaba tan molesta que no podía dejar de llorar. No estaba preparada para decir adiós a mi amada hija.
Conocí a una maravillosa comadrona, ella conocía la condición de Marley y sabía que quería seguir con el embarazo, sin importar las circunstancias. Su nombre era Wendy. Ella me dijo que quería estar presente cuando Marley naciera. Ese día, terminaba de trabajar a 7:00 de la tarde,pero me dijo que ella seguiría con nosotros todo el tiempo costara lo que costara.
A las 17:58, Marley estaba allí.
Wendy le cantó «Feliz cumpleaños» y luego la colocó en mi pecho. Ella estaba tan feliz de que Marley naciera viva.
Pesó 3 libras, 10 onzas y tenía 15,25 pulgadas de largo. Fue absolutamente encantador.
Cuando vi a mi niña, no ví la anencefalia. Vi a mi hija perfecta y hermosa.
Muchos miembros de mi familia y amigos llegaron a mi cuarto de hospital. Todos la tomaron entre sus brazos. Ella recibió muchos abrazos y mucho amor durante su vida fuera de mi vientre. Después de que todo el mundo se fue, la tuve entre mis brazos y la amé. Se la di a mi madre que la puso en la cuna del hospital. La enfermera tomó su pulso y luego salió de la habitación para buscar a un médico. El doctor vino con su estetoscopio y escuchó el pecho de Marley. Nunca olvidaré cuando me miró y dijo, «lo siento, ya partió.»
A las 23:02, mi hija tomó su último aliento. Lloré hasta que ya no puedo llorar.
Tuve entre mis brazos a Marley hasta las 3 de la mañana, y yo sabía que era tiempo de dejarla ir. Mi reto más grande fue dejar a mi hija en el hospital.
El segundo mayor reto fui irme del hospital al día siguiente con las manos vacías.
Mi vida cambió para siempre por mi niña.
Desde entonces, he creado una página Facebook para difundir la historia de Marley y su lucha contra la anencefalia. Mi esperanza es ayudar a otras madres en situaciones similares. Quiero que la gente se da cuenta que es importante no dar término al embarazo o provocar el parto, porque la sociedad considera al niño como imperfecto e incompatible con la vida.
Marley era perfecta y era compatible con la vida y compatible con el amor. Las 5 horas que viví a su lado fueron maravillosos, me siento bendecida y también es una gran bendición haber sido elegida para ser su madre.