Por Nancy Flanders de LiveActionNews – traducido por CM del sitio www.cqv.ca.cq
05 de enero de 2016 – en enero de 2013, Natalie Whitefox estaba en su tercer embarazo ectópico y debía realizar una cirugía que le extirparía la última trompa de Falopio que le quedaba y al mismo tiempo el embrión que llevaba en su interior. Sin embargo, contra todo pronóstico, el bebé milagro se trasladó hasta su útero, justo antes de la cirugía, y los doctores supieron que no era solo un bebé, sino dos.
«Quedé anonadada», dijo al «Mirror». «Fue la mejor noticia. Asumimos el hecho de que tendríamos que perder a nuestro hijo para después descubrir que íbamos a tener gemelos. Nadie sabe como, pero nuestras hijas sobrevivieron. He llorado mucho, pero en esta ocasión fueron lágrimas de alegría.»
Whitefox a los 18 años fue diagnosticada con endometriosis. A pesar del temor de no poder tener hijos, ella y su pareja Ros Whitehead estaban felices y muy contentos de que su hijo Harry nacieran, ahora él tiene 5 años, nació en 2010.
Desafortunadamente, Whitefox, tuvo dos embarazos ectópicos, que condujo a la pérdida de dos hijos y la eliminación de una de sus trompas de Falopio.
Ella fue muy felíz, cuando le informaron que estaba embarazada otra vez, en enero de 2013, pero las exploraciones y el dolor de estómago severo demostraron que otra vez vivía. un embarazo ectópico.
«Me sentí como si mi mundo se derrumbara «, dijo. «Quería acurrucarme en bola y nunca abrir los ojos. Pero 24 horas más tarde, las pruebas de sangre revelaron que a pesar de una de las trompas de falopio había sido extirpada, todavía estaba embarazada. No se sabe como el embrión se desplazó hasta alcanzar el útero.»
Whitefox y Whitehead estaban sorprendidos, al igual que los médicos, los cuales advirtieron a la pareja que podía tener un aborto. La pareja dijo que sus gemelas eran como un «milagro». Heidi y Halle nacieron en buen estado de salud.
A los 16 meses, los gemelos caminaron al altar mientras sus padres se casaban.
«Hemos vivido una montaña rusa durante los últimos cinco años y nunca en mis sueños más locos que tuve, soñé que tuviera dos hermosas niñas como damas de honor en el día de mi boda. El día era tan perfecto. No podríamos estar más felices. Se sentía como si todas nuestras Navidades vinieran al mismo tiempo. «Somos muy bendecidos al tener tres hijos adorables, ellos nos ayudaron a celebrar este día tan especial.»