Por Sarah LiveActionNews Terzo – del sitio www.qcv.qc.ca traducción y edición libre CM.
La ex abortera, Dr. Kathi A. Aultman testificó en una audiencia en la Comisión del Senado el 15 de marzo de 2016. El propósito de la audiencia fue hablar de dos proyectos de ley pro-vida. Un proyecto de ley que prohibiría el aborto después de las 20 semanas de gestación. El otro proyecto trata de que si un bebé accidentalmente nace vivo durante un procedimiento de aborto, recibirá la atención médica adecuada. La Dr. Aultman, que practicaban abortos de primer y segundo trimestres, testificó a favor de las leyes providas. .
Kathi Sudheesh practicó abortos por aspiración y procedimientos de aborto D & C (en el primer trimestre) y D & E (en el segundo).
Un D & C, también llamado aborto por aspiración se realiza mediante la inserción de un tubo de plástico en el útero de la mujer a través del cuello unido a un dispositivo de succión. Cuando la unidad está encendida, el bebé es destrozado por la fuerza de la succión. El bebe es desmembrado en el proceso, sus miembros pasan por el tubo en un frasco colector.
El bebé es desmembrado también durante el segundo trimestre durante el procedimiento D & E. En un D & E, el abortista tira y saca al bebé con el fórceps arrancando una pierna y un brazo, etc..
Estos procedimientos de abortos se utilizan comúnmente en los Estados Unidos en la actualidad.
Después de cada aborto, Kathi Aultman tenía que examinar los restos de bebés abortados. Tenía que ver los cuerpos desmembrados que acababa de torturar.
«Después de cada procedimiento, tenía que examinar con cuidado el tejido, contar todas las partes del cuerpo para asegurarse que no había nada que pudiera causar una infección o un sangrado. Me fascinaba ver los intestinos – pequeños pero perfectamente formados – los riñones y otros órganos me gustaba verlos en detalle con el microscopio. Me doy cuenta de que es difícil imaginar que alguien sea capaz de hacer esto y ser indiferente, pero debido a mi formación, un feto humano parecía que no era diferente de los embriones de pollo que disecaba en el colegio. Podía ver con un interés estrictamente científico,desprovisto de cualquier emoción con la que normalmente veía a un bebé. No era insensible, yo simplemente estaba formada para separar las cosas.
El corazón de Kathi Sudheesh era insensible hacia los niños que no eran deseados por sus madres. Se sentía triste cuando una mujer tenía un aborto espontáneo. En su mente, los bebés deseados no eran seres humanos y no lo eran, los que no eran deseados. Ella dice:
«Si una mujer que había perdido a su bebé, me venía a ver, compartía su dolor y la comprendía. La diferencia en mi mente era si o no se quería el bebé. »
Kathi se comenzó a cuestionar en se forma de pensar cuando empezó a atender a los bebés prematuros. Ella estaba tratando de salvar las vidas de los bebés prematuros, mientras que condenaba a otros bebés de la misma edad.
«La única vez que sentí algún tipo de escrúpulo fue cuando estuve dado atención neonatal y comprendí que quería salvar a los bebés que tenían la misma edad que los bebés que abortaba, pero racionalizaba inmediatamente y era capaz de rechazar mis sentimientos. »
Kathi se jactaba de ser una buena abortista y continuó realizando abortos, incluso cuando ella estaba embarazada. Pero después del nacimiento de su bebé, varias cosas ocurrieron y sacudieron su fe en el aborto:
«La primera vez que volví a la clínica después del nacimiento de mi hijo, viví tres casos que me rompieron el corazón y cambió mi opinión sobre el aborto. En el primer caso, me di cuenta de que personalmente había hecho 3 abortos a una muchacha que estaba esa mañana ahí. Cuando protesté, me dijeron que era su derecho a optar por el aborto como un método anticonceptivo y que no tenía ningún derecho a juzgala o negarme a hacer el procedimiento. Le dije al personal de la clínica que era fácil hablar pero era yo la que realizaba la matanza. Por supuesto, consiguió el aborto y a pesar de mi insistencia, me dijo que ella no usaría métodos anticonceptivos. La otra situación implicó a una mujer que, cuando se le preguntó si quería ver el «tejido» ella respondió: ‘ ¡no! ¡Quiero sólo matarlo!» Yo estaba perturbado por su hostilidad y la falta de compasión para con el feto.
Confrontandose a mujeres insensibles que utilizaban el aborto como control de natalidad o que era una trivialidad matar a sus bebés, ella comenzó a darse cuenta en qué terrible situación estuvo involucrada. Al ver los cuerpos desmembrados de los bebés todos los días, Kathi sabía ahora que el aborto no debía ser tomado a la ligera. Por primera vez, ella empezó a tener compasión por estos bebés.
Otra mujer tuvo una reacción totalmente diferente:
«El último caso me hizo llorar. Era una madre de cuatro niños que no creía que ella y su marido podrían sostener a otro niño. ¡Cómo me sentí mal por esta madre!Qué terrible decisión. lloró a lo largo de su visita en la clínica y ese fue el final de mi carrera como abortista. finalmente comprendí la relación entre el feto y el bebé.»
La Dr. Autman indicó que la mayoría de los médicos no practica el aborto por mucho tiempo.
«Después descubrí que pocos médicos son capaces de hacer abortos por un largo período. Los médicos aprenden a curar, no herir. Los Obstetras y Ginecólogos en particular, a menudo experimentan un conflicto de conciencia porque están normalmente preocupados por el bienestar de sus dos pacientes, pero en el aborto mata a uno de ellos.
También es difícil realizar un aborto porque:
Aunque muchas personas consideran el aborto como una simple sustracción de un pedazo de tejido, el abortista sabe exactamente lo que él o ella está haciendo, ya que debe contar las partes del cuerpo después de cada procedimiento. La verdad es revelada en un momento dado y si el abortista tiene una conciencia, ya no puede hacer esto.
K. Aultman terminó su testimonio llamando a los legisladores:
«Siempre me he considerado una buena persona, pero cuando descubrí que había matado más gente que la mayoría de los asesinos en serie me horroricé» Hoy, cuando me encuentro con jóvenes mujeres que dan a luz, la alegría de conocer y saber que juego un papel ayudando a traer al mundo a un bebé, es eclipsado por el pensamiento de todos aquellos que nunca podré conocer porque les quité la vida. «No me gustaría estar en sus zapatos y tener la carga de saber que pude haber evitado la muerte de miles o incluso millones y que no hice nada.
La historia de Kathi Aultman tiene un mensaje poderoso y persuasivo. Sólo esperamos que los legisladores estén y conmovidos e inspirados para a votar proyectos de ley que salvarán vidas futuras.