«¡Si no fuera sacerdote le pondría dos cachetadas.!»

Artículo de Nouvelles de France.
Traducción y edición libre www.catolicasmexico.com

Los católicos son los nuevos delincuentes que amenazan la democracia.
En Saint-Cyr-au-Mont-d’or ,una pequeño pueblo en las afueras de Lyon el viernes, 21 de junio de 2013, Manuel Valls y Jean-Marc Ayrault participaron a la ceremonia de graduación de la promoción 63 de la policía, en presencia del prefecto de la región, Jean-François Carenco. Valls hizo cerrar el perímetro para impedir que los habitantes participaran en la ceremonia .Entre los invitados se encontraba el Párroco del pueblo el Sacerdote Pirrodon.

Mientras que la ceremonia se llevaba a cabo tranquilamente, el sacerdote recibió varios SMS en su teléfono móvil informándole que los feligreses estaban siendo controlados por las fuerzas del orden.Rezar en una iglesia representa en nuestros días una amenaza para el orden público.
Se trataba de unos feligreses que deseaban expresarse sobre el encarcelamiento de un activista contra el matrimonio homosexual. Se trataba de peligrosos extremistas católicos armados con cochecitos para niños.

Pero el sacerdote no pudo contenerse más cuando recibió un mensaje indicando que todos los feligreses saliendo de la iglesia eran objeto de un control de identidad.

Normalmente, en la Francia democrática, el control esta considerado como legal, pero Un gendarme o un agente de policía no puede controlar la identidad sin razón específica. (1) Un control de identidad puede utilizarse para prevenir los ataques contra el orden público,si hay evidencia que sugiera que un individuo se prepara para cometer un delito o un crimen.

Hoy, en la Francia socialista, el simple hecho de estar en una iglesia provocó el control de identidad. Es alucinante, pero es así.
Entonces el sacerdote, sorprendido por estos métodos antidemocráticos,decidió decirle a su alcalde:»El Sarkozysmo pone a los franceses en contra de otros franceses.El Socialismo, es lo contrario»

El prefecto estuvo a dos dedos de golpear el sacerdote.

Al final de la ceremonia, el Sacerdote Pirrodon le dijo alcalde: «mientras comemos pequeños bocadillos mis feligreses están siendo detenidos por la policía», Manuel Valls se interpone: ‘ calma Señores »

El prefecto de Rhône, Jean-François Carenco, confundiendo probablemente el vestido del Abad con la burka de un peligroso terrorista, avanza hacia el eclesiástico y le dice «Si no fuera un sacerdote le pondría dos bofetadas.» El sacerdote es enviado a la comisaría.

Este episodio,es otro en la guerra del gobierno socialista contra los opositores al matrimonio gay.La misión de la policía es ahora la protección de altos funcionarios del gobierno.

El uso de gas lacrimógeno contra las mujeres, los niños o los manifestantes ya no es esta reservada a las dictaduras, se ha convertido también en una respuesta política a los manifestantes pacíficos ;esto se puede confirmar mediante este video en donde algunas personas cantan en la madrugada bajo la ventana de Valls:
(…)

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