Fue un rey y un emperador guerrero, que luchó contra los enemigos de la Iglesia, que ayudó a la reforma monástica, que distribuyó entre los pobres quitándoselo a los ricos. (…)
San Enrique nació en Alemania en día 6 de mayo del año 973, pero no se sabe si fue en la ciudad de Hildesheim o en la de Abbach.
Cuando él tenía veintidós años, en el 995, murió su padre y él fue nombrado heredero del ducado de Baviera y en el año 1002,
El 14 de febrero del 1014 fue coronado como emperador, junto con su esposa Santa Cunegunda, por el Papa Benedicto VIII en la basílica de San Pedro de Roma. Ya en el año 1002 había sido coronado como rey de Alemania.
De regreso a Alemania elevó a obispado el monasterio de Bobbio, en Piacenza y se entrevistó con San Romualdo abad de Verona. Hizo que fuesen nombrados como obispos de las diócesis de Alemania y de gran parte de Italia a personas de su confianza. Le quitaba parte de sus bienes a las diócesis ricas para dárselas a las diócesis pobres. Promovió la reforma monástica iniciada en los monasterios de Gorze, de Tréveris y de Ratisbona, a fin de contrarrestar los abusos y desórdenes que se imponían en algunos monasterios.
Sepulcro de los Santos Enrique y Cunegunda. Catedral de Bamberg (Alemania).
Murió repentinamente en Grona, cerca de Gottinguer el día 13 de julio del año 1024, con cincuenta y un años de edad, cuando se proponía ir de nuevo a Italia. Fue canonizado en el año 1146 por el Papa Eugenio III. Su tumba y la de su esposa, Santa Cunegunda, están en la catedral de Barmberg. Su festividad, es el día 15 de julio y es el patrono de la ciudad y de la diócesis de Basilea, en Suiza.
Antonio Barrero. Editado www.catolicasmexico.com