A partir del próximo 28 de mayo, menores desde 14 años podrán recibir en Chile la píldora del día siguiente sin permiso de los padres. Será “un día triste” para el país porque se les “quita a los padres autoridad en un tema tan sensible y doloroso” y este fármaco tiene un efecto abortivo, declaró el arzobispo de Concepción, miembro de la Academia Pontificia para la Vida, monseñor Fernando Chomalí.
La disposición del Ministerio de Salud obliga a los funcionarios de los centros de salud a dispensar la píldora del día siguiente a las personas que la pidan (desde los catorce años) sin exigir ningún requisito y no permite la objeción de conciencia.
Según el nuevo reglamento, que desarrolla una ley de 2010 que prevé el acceso universal a la píldora, la información a los padres de los menores de 14 años dependerá del criterio del profesional.
Para monseñor Chomalí, esta medida es “contraproducente” -va a producir el efecto contrario al anunciado de reducir el número de embarazos de adolescentes- y no va al fondo del problema. «Estamos inmersos en una sociedad que soluciona los problemas a través de medidas prácticas, incluso atentando en contra de la vida, en vez de preguntarse realmente qué sociedad estamos construyendo», declaró a Aciprensa.
El obispo recordó que la Iglesia se dedica a formar las conciencias y a ayudar, amparada por la ciencia, a reconocer el valor de la vida humana desde el momento de la fecundación.
Monseñor Chomalí destacó que la píldora del día después “bajo ciertas condiciones, impide la anidación; esto es un aborto procurado” y por ello no debería estar permitida, “sobre todo en un país donde la Constitución protege la vida del que está por nacer».