Del sitio www.cqv.cq.ca.
Traducción y edición libre www.catolicasmexico.com
¡Alabemos a Dios! Agradecemos a Nuestro Señor la presencia y el testimonio de esta persona. Fuente de inspiración y alegría, para aquellos que de alguna manera luchamos por la vida.
Florida. Según sus médicos, John Barros no debería estar vivo. Después de ser atropellado por un coche, un cáncer (y cuatro operaciones) y dos aneurismas (y dos nuevas intervenciones), su presencia entre nosotros es casi un milagro. Nueve horas al día, seis días a la semana, John vela y reza frente un abortorio donde se realizan abortos tardíos en Orlando Center – propiedad de James Scott Pendergraft IV, un abortista condenado a 36,7 millones de dólares en daños y perjuicios e interés en 2004 tras un aborto fallido que dejaron severamente discapacitado a un niño nacido y suspendidos cinco veces después de realizar abortos mal practicados- aquí es donde predica el Evangelio y tiende la mano a las mujeres que han llegado a este lugar para eliminar el bebé que crece dentro de ellas. En tres años, más de 1.000 mujeres han renunciado al aborto a través de su presencia, incluso si el afirma que no tiene ningún mérito. «Como pueden ver, no me soy Brad Pitt, soy más bien gusta Shrek, estoy discapacitado de varias formas, pero a Jesús le gusta usar vasos rotos», dijo John Barros que Cristo «llama a su pueblo a levantarse» contra la cultura de la muerte.