¡Oh Jesús! Te pido por los sacerdotes fieles y fervientes;
Por los sacerdotes tibios e infieles;
Por lo sacerdotes que trabajan entre nosotros o en misiones lejanas;
Por tus sacerdotes tentados; por tus sacerdotes que sufren por
La soledad o el abandono; por los sacerdotes jóvenes,
Por lo sacerdotes ancianos; por tus sacerdotes enfermos, por tus
Sacerdotes agonizantes; por las almas que sufren en el purgatorio.
Pero sobre todo te recomiendo a los sacerdotes que me son los
Más queridos, por el padre que me bautizó, por aquel sacerdote
Que me que me absolvió de mis pecados, por los padres
Que me han dado tu Cuerpo y tu Sangre en la Santa Comunión;
Los padres que me han enseñado e instruido, me han alentado
Y aconsejado y todos los sacerdotes con los que tengo una
Deuda de gratitud.
¡Oh Jesús! Guárdalos dentro de tu corazón y dales
Abundantes bendiciones por el tiempo y la eternidad. Amen