NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN
Oh Señor Jesús, a tu Sagrado Corazón yo confío esta intención………… Solo mírame, entonces has conmigo lo que tu Corazón indique. Deja que tu Sagrado Corazón decida… Yo confío en ti… Me abandono en tu Misericordia, Señor Jesús! Ella no me fallará. Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío. Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor por mi. Sagrado Corazón de Jesús, que venga tu Reino. Oh Sagrado Corazón de Jesús, te he pedido por tantos favores, pero con ansias te imploro por esta petición. Tómala, ponla en tu abierto y roto corazón, y cuando el Padre Eterno la mire, cubierta por tu Preciosa Sangre, no podrá rehusarla. Ya no sera mas mi oración, sino la tuya, Oh Jesús. Oh Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en Ti. Nunca permitas que me confunda… Amén
Jesús, Tú dijiste: Pidan y recibirán, busquen y hallarán, llamen y se les abrirá. Aquí estoy de rodillas delante de Ti, lleno de fe viva y confianza en las promesas que hizo tu Sagrado Corazón a Santa Margarita María. Vengo a pedirte esta gracia (Mencione el favor que desea). Amadísimo Jesús, creo firmemente que me puedes conceder la gracia que te pido, aunque sea preciso un milagro. Si Tú quieres se cumplirá mi deseo. Reconozco que soy muy indigno de tus favores, pero eso no me quita la confianza en Ti. Tú eres Dios misericordioso, que no rechaza mi corazón contrito. Tiende sobre mí tu mirada de misericordia, te suplico, y tu bondadoso Corazón hallará en mis miserias y debilidades motivo para concederme lo que pido. Sagrado Corazón, cualquiera que sea tu decisión sobre lo que pido, nunca dejaré de amarte, alabarte y servirte. Muéstrate propicio, Jesús, y acepta este acto de perfecta sumisión a los designios de tu adorable Corazón, designios que sinceramente deseo se cumplan en mí y en todas las criaturas por siempre.Concédeme la gracia que te pido humildemente por intercesión del Inmaculado Corazón de tu Madre Dolorosa. Me has confiado a ella como hijo suyo y sus oraciones lo pueden todo contigo. Amén.
EL DETENTE o SALVAGUARDIA DEL SAGRADO CORAZÓN
El «detente» es un pequeño emblema que se lleva sobre el pecho, con la imagen del Sagrado Corazón. Es propio de quien ama llevar consigo un signo de su amado, así el «detente» es signo de nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús y de nuestra confianza en su protección contra las acechanzas del maligno. Le decimos «detente», en nombre de Jesús, al demonio y a toda maldad. Se le conoce también como el “Pequeño Escapulario del Sagrado Corazón”, aunque no es, en el sentido estricto de la palabra, un escapulario. Origen: Proviene de Santa Margarita María Alacoque, como lo atestigua una carta dirigida por ella a la Madre Saumaise el 2 de Marzo de 1686 en la que le dice: “Él (Jesús) desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas.” (Vida y Obras, vol. II, p.306, nota). Ella misma llevaba una sobre su pecho, debajo del hábito e invitaba a sus novicias a hacer lo mismo. Hizo muchas de estas imágenes y recomendaba que su uso era muy agradable al Sagrado Corazón. El detente y la plaga de Marsellas Fue especialmente en el año 1720, durante una terrible plaga en Marsellas, Francia (Cf. Hamon, op.cit., vol. III, p. 431) que este pequeño escapulario, o como se le llamó “Salvaguardia,” se difundió entre todos los fieles. Este “Detente” consistía en un pedazo de tela blanca en la cual la imagen del Sagrado Corazón era bordada, con la leyenda “Oh Corazón de Jesús, abismo de amor y misericordia, en ti confío” (Las palabras: “Detente, el Corazón de Jesús está aquí” corresponden a un período posterior. Hamon, ibid.,Nota). La forma que hoy tiene el detente fue dada por la Venerable Ana Magdalena Rémuzat, a quien el Señor le había dejado saber de antemano el daño que iba a causar la plaga y también el maravilloso auxilio que la ciudad encontraría en la devoción a Su Sagrado Corazón. Ella hizo, con la ayuda de sus hermanas en religión, miles de estos emblemas y los repartieron por toda la ciudad y alrededores. La historia nos relata que poco después la plaga cesó. (Cf. Hamon, op. cit., vol III, p.425; Beringer, op. cit., vol I, n. 953, p. 520). Entre los regalos que el Papa Bendicto XIV, en el 1748, envió a la princesa Polaca Mary Lczinska con la ocasión de su matrimonio con el Rey de Francia Luis XV, habían, de acuerdo a las memorias de ese tiempo, “muchos escudos del Sagrado Corazón hechos de taffeta roja y bordados en oro.” (De Franciosi, s.j., La dévotion au Sacré-Coeur de Jésus, p. 289). En el tiempo de la Revolución Francesa se desató una violenta persecución contra la Iglesia. Estos escapularios se tuvieron por “la manifestación viva del fanatismo” y como evidencia de hostilidad al régimen revolucionario. Durante el juicio de la reina María Antonieta, se produjo en su contra, como evidencia, un pedazo de papel muy fino que se encontró entre sus pertenencias, en el que la imagen del Sagrado Corazón estaba dibujada, con la llaga, la cruz y la corona de espinas, y con la leyenda: “Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros.” (Ibid., p. 290). El uso del detente se extendió grandemente, especialmente desde el 1866, durante los estragos producidos por la epidemia del cólera de Amiens, Roubaix, Cairo y otras partes. Su influencia beneficiosa se hizo evidente. Después de la guerra Franco-Alemana los “Salvaguardia” probaron ser en mas de una ocasión, un escudo que protegió a muchos soldados franceses de las balas enemigas. (Cf. Messager du Coeur de Jésus, vol. XIX, p. 180). Indulgencia El Papa Pío IX le concedió en el año 1872, una indulgencia de 100 días una vez al día a todos los fieles que usaran alrededor de sus cuellos este emblema piadoso y rezaran un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (Preces et pia opera, n. 219). En un breve de fecha 20 de Junio de 1873 encontramos la respuesta a dos preguntas en referencia al Detente: 1. Como no es un escapulario en el sentido estricto de la palabra, sino mas bien un escudo o emblema del Sagrado Corazón, las reglas generales para el escapulario propiamente llamado, no son aplicable a él. Así que no necesita ni una bendición especial, ni una ceremonia o inscripción. Es suficiente con usarlo para que cuelgue en el cuello. 2. La leyenda “Detente, el Corazón de Jesús está aquí” no es requerido. (Beringer, op. cit., n. 953; Preces et pia opera, n. 219.)