CÓRDOBA, 16 May. (EUROPA PRESS) -El obispo dice que «no se puede invocar el derecho de nadie a elegir cuando está en juego la vida»
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha opinado, en relación con el aborto y el argumento que lo justifica en base al derecho a elegir de la mujer, que «no se puede invocar el derecho de nadie a elegir cuando está en juego la vida de otro». Además, según ha subrayado, «no se trata de una cuestión religiosa, se trata ante todo de una cuestión humana».
Así lo ha asegurado en su carta semanal, recogida por Europa Press, en la que ha señalado que «vivimos tiempos de turbulencias en muchos campos. Necesitamos del Espíritu Santo que nos aclare la verdad de Dios y del hombre, que nos dé fuerzas para seguir la voluntad de Dios, que nos impulse a la misión de llevar el Evangelio a toda persona. Por ejemplo, en la defensa de la vida humana».
«Unos y otros –según ha destacado– se debaten hasta dónde es permitido matar al niño que anida en el seno materno», cuando lo cierto es que «cualquier ley que permita el aborto será siempre una ley que no está a la altura del hombre. Nunca le es lícito a nadie matar o permitir que se mate al ser humano, que comienza a existir desde la fecundación en el seno materno. Todo ser humano tiene derecho a vivir desde que es concebido y nadie por ninguna razón puede suprimir ese ser humano indefenso». Es decir, «no se puede invocar el derecho de nadie a elegir, cuando está en juego la vida de otro. Y no se trata de una cuestión religiosa, se trata ante todo de una cuestión humana».
En este sentido, Demetrio Fernández ha señalado que «la luz de Dios nos hace ver con más claridad lo que la simple razón humana puede descubrir, si no está obcecada por intereses egoístas. Europa, y España dentro de ella, se muere de vieja», de modo que «los cientos de miles -más de un millón- de abortos producidos en los últimos años constituyen el suicidio lento de un pueblo, que no es capaz de transmitir la vida a la generación siguiente, e inventa mil razones para justificar este despropósito, lo que ya está siendo una verdadera catástrofe social».
FAVORECER LA NATALIDAD
Por eso, según ha explicado el obispo, «no podemos callar ante este genocidio. Se precisa una política inspirada en la cultura de la vida, que supere de una vez por todas la cultura de la muerte. Una política que favorezca la natalidad, que ayude a las madres a criar a sus hijos en casa, que no penalice a la familia que se abre generosamente a la vida». En este sentido, Demetrio Fernández ha argumentado que «la mujer no pierde nada por ser madre», al contrario, a través de la maternidad «llega así a su plenitud humana».
Junto a ello, el obispo ha abogado por «una educación en el afecto y en la sexualidad, que supere la concepción hedonista de este aspecto vital para el ser humano. La sexualidad presentada a los jóvenes no como un juego placentero, sino como un camino de superación personal, en el que se aprende a amar dándose, sacrificándose, ayudando a los demás, viviendo según la Ley de Dios, que quiere siempre lo mejor para el hombre».