La empresa estadounidense MicroCHIPS acaba de anunciar su último invento: un microchip anticonceptivo que se implanta bajo la piel de la mujer. (…)
El proyecto de esta empresa es actualmente financiado por la Fundación de Bill Gates. Los primeros ensayos deberían comenzar dentro de un año «para su entrada al mercado en el 2018», después de haber obtenido la aprobación de la FDA, la agencia farmacéutica estadounidense.
Se puede leer en el sitio web de Radio-Canada el 09 de julio de 2014:
Instalado debajo de la piel de las mujeres, un chip desarrollado por una empresa estadounidense podría utilizarse desde los 16 años como un anticonceptivo y ser desactivado según sea necesario mediante un control remoto.
(…) Libera diariamente 30 mg de levonorgestrel, una progestina que ya se usa en otros medios anticonceptivos como el DIU hormonal y las píldoras anticonceptivas. (…)
Por su parte, Jeanne Smits escribió el 09 de julio de 2014:
(…)Maravilla de la tecnología. Pero más allá del problema moral del uso de métodos anticonceptivos e incluso más allá del aspecto potencialmente abortivo del levonorgestrel (es la molécula utilizada la alto-dosis bajo «anticoncepción de emergencia», o píldora del día después), surge la cuestión del control de la población que permitirá este tipo de método.
(…)Pero ¿Qué confianza se puede tener en el chip? Una vez instalado, la tecnología podrá ser hackeada. Las implicaciones son enormes, como lo explicó el abogado John Whitehead, fundador del Instituto libertario Rutherford de LifeSite: nuestros conocidos, los piratas informáticos, las agencias públicas, todos son riesgos que él considera seriamente. Para él no hay duda: «todo lo que se emitirá por este chip estará en un archivo del gobierno. El chip podría incluso «saber» cuando tienes relaciones sexuales. Por lo tanto, no hay ningún respeto de la vida privada. »
Sin mencionar que el chip podría ser utilizado ‘ de manera perjudicial «, añadió, utilizado para evitar que ciertas personas o ciertas categorías de personas tengan hijos.
De hecho la comercialización o distribución del microchip anticonceptivo es presentada como una bendición para los países en desarrollo.
(…)
Esto concuerda con las explicaciones dadas por Gavin Corley para la BBC, un ingeniero biomédico, que ve en el uso de este nueva tecnología de anticonceptivos el nacimiento de los ‘medicamentos inteligentes’.
En efecto, el artículo del 9 de julio de Radio-Canada recuerda que:
En 2012, la Cumbre de Londres sobre la planificación familiar, organizada en colaboración por el gobierno británico y la Bill & Melinda Gates Foundation ayudó a recaudar fondos para mejorar el acceso a la anticoncepción en el mundo. Entonces se habían reunido unos 2,6 billones de dólares para proveer de aquí a 2020 el acceso a métodos anticonceptivos a 120 millones de mujeres en los países más pobres del planeta.
Las raíces racistas del movimiento de planificación familiar siguen aparentemente vigentes…