traducción y edición libre Martín Pacheco original del sitio Egalité et Reconciliaton. Una treintena de militantes de la plataforma “MásLibres.org” manifestó esta mañana ante el museo Reina Sofía de Madrid para protestar contra algunas “obras” de la exposición intitulada ‘Un saber realmente útil’. Se ven, en particular, cuatro incitaciones a quemar iglesias, las cuales muestran cajitas de fósforos ilustradas con una iglesia y acompañadas por el lema: “La única iglesia que ilumina es la que arde – ¡participa!”
El portavoz de esta asociación que protege la libertad religiosa y los derechos de los cristianos en España, Miguel Vidal, calificó de “escalofriante” la elección de esta obra de “arte” contemporáneo. “Escalofriante asistir al triste espectáculo de que una prestigiosa institución cultural como el Museo Reina Sofía utilice la violencia antirreligiosa para promocionarse, más aun teniendo en cuenta que en España ha tenido lugar hace menos de un siglo una de las mayores persecuciones religiosas de la historia”, agregó el Señor Vidal.
La exposición de la intolerancia en el museo Reina Sofía
“Los voluntarios han exhibido carteles con imágenes periodísticas de iglesias en llamas, sepulcros profanados en la vía pública y cadáveres de monjas burlados por los viandantes durante el primer tercio del siglo XX en España. En concreto, se muestran imágenes de la Semana Trágica de Barcelona, la quema de las iglesias de los jesuitas y de las mercedarias en Madrid en 1931 y de la profanación del convento de las salesas en Barcelona en 1936.
Dichas imágenes han ido acompañadas en su anverso por una petición de retirada de la obra, que han sido entregadas en mano a la entrada del Museo.” (‘Museo Reina Sofía: la violencia no es arte’, MásLibres.org)
Después las iglesias, ¿Qué habrá que quemar para satisfacer Madrid?
Varios ministros españoles han, de hecho, apoyado la creación e implementación de esta exposición, a través de la cual se realizaría una ‘obra pedagógica’ y fomentaría la “reflexión” sobre las “luchas sociales” y sobre la “producción colectiva de conocimiento y experiencias”.
No les basta imaginar a iglesias incendiadas: la exposición incluye también “obras” que promueven el aborto legal, y culmina con un Padre Nuestro convertido en una oración para “el derecho al aborto”: “Danos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Y danos la gracia de no ser ni vírgenes ni madres. Líbranos de la autoridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…”
La plataforma de acción ciudadana HazteOír propone en su página web una petición y publica el comunicado difundido por los empleados del Museo Reina Sofía, algunas partes del cual se pueden leer a continuación.
Los trabajadores no quieren de ningún modo ser asociados a esta muestra:
«Como empleados públicos firmantes –la mayoría agnósticos– queremos dejar patente nuestro rechazo a lo que Manuel Borja-Villel llama ‘espacio de diálogo y reflexión’, en el que sólo tienen cabida sus posturas ideológicas y políticas y que camuflan en realidad ‘espacios de adoctrinamiento’ y de revolución de cuarto de estar”.
Para los trabajadores, la “obra” es una “apología del delito”:
«Implica formar parte de un discurso que defiende, alaba, elogia o justifica la acción, inacción o pensamiento de cuestiones que no comulgan con la ley (…) Como trabajadores del Museo Reina Sofía, no deseamos que se nos relacione con este tipo de muestras, que al margen de su escasa calidad artística, o precisamente por ello, ocultan mensajes de discordia (…) ¿Qué ocurriría si cualquier otra obra expuesta en el Museo Reina Sofía incitase a la quema de homosexuales, sinagogas, mezquitas, razas distintas… o colectivos feministas? Nosotros nos levantaríamos de igual forma”.
Prosiguen los empleados, mencionando que es necesario denunciar la censura y las represalias que “en el pasado han afectado a los que no siguen el pensamiento único impuesto en los últimos años”.
¡Tan cierto es que nunca hay libertad para los enemigos de la libertad!