MINNEAPOLIS, 14 Jun. 13 / 05:17 am (ACI/EWTN Noticias).- El quarterback Matt Brik, estrella de los Ravens de Baltimore -ganador del Super Bowl de este año- se negó a asistir a la reunión de su equipo con el presidente Barack Obama en rechazo a una recientes declaraciones del mandatario en la que pidió que Dios bendiga a la cadena de clínicas Planned Parenthood, principal proveedora de abortos en el país.
Birk, que se declara católico, pro-vida y está en contra del mal llamado “matrimonio homosexual”, no asistió a la cita en la Casa Blanca.
En declaraciones a una radio local de Minneapolis, Birk lamentó que el mandatario haya dicho hace algunas semanas que “Dios bendiga a Planned Parenthood”. “¿Qué Dios bendiga un lugar en donde se terminan 330 mil vidas al año? Simplemente elegí no asistir”, explicó el jugador de fútbol americano.
La estrella de la National Football League (NFL) enfatizó que “soy católico, soy miembro activo del movimiento pro-vida y sentí que no podía lidiar con eso. No podía apoyar ese comentario de ninguna manera”.
Rechazar la invitación del presidente es para Birk una manera de mostrar que las convicciones deben conducir a la acción. “Puedo declararme a favor de la vida, pero mi declaración sería vacía sin medidas que apoyen a los grupos pro-vida, el amor de las madres, de los padres y los niños que sufren las mentiras de la industria del aborto”.
Birk, padre de cinco hijos, participó en diferentes marchas por la vida en los Estados Unidos, la última fue en marzo de este año en Annapolis, donde incluso leyó un discurso.
Su esposa Adrianna, es voluntaria en un centro pro-vida que el padrino de uno de sus hijos abrió al frente de una clínica de Planned Parenthood con el fin de dar consejería y asistencia a mujeres embarazadas para que sigan con su embarazo.
En este centro de ayuda un grupo de personas también se reunían para rezar. Al pasar el tiempo y con los esfuerzos y oraciones de los voluntarios, el centro abortista cerró.
Brik y su familia pertenecen a la parroquia Sagrado Corazón de Glyndon y la Comunidad Católica de San Francisco Javier en Hunt Valley.