Articulo del sitio religión en libertad.com
Y el mueble logró de entrada un pequeño milagro. Porque Patrick, que nunca se había confesado en la pequeña habitación del padre Janusz, fue el primero en hacerlo en el confesionario: «Me convertí en una celebridad», bromea, «y no fue tan mala la cosa».
Cuatrocientas personas cada domingo
El caso es que, desde entonces, el padre Kukulka afirma que las confesiones se han disparado y ahora hay cola para recibir el sacramento de la Penitencia.
Y no es un caso único en la diócesis. Cuando monseñor Stephen DiGiovanni llegó a la parroquia de San Juan Evangelista en Stamford (Connecticut) en 1998, encontró un panorama similar: en un trastero languidecían dos confesionarios que habían sido arrancados de la pared en la misma época que en la iglesia del padre Kukulka. Entonces el padre Stephen cerró el «cuarto de la reconciliación», donde sólo había dos sillas separadas por una pequeña pantalla, y volvió a poner los confesionarios en su sitio.
Mismo resultado: colas donde antes sólo había confesiones esporádicas. Monseñor DiGiovanni le dijo al New York Times en 2009 que ahora tenía cuatrocientas personas cada domingo para confesarse. El número ha seguido creciendo, y los horarios se han ampliado.
«Cuando empecé como sacerdote en 1977», lamenta, «todo era así: yo estoy bien, tú estas bien, no tenemos nada que confesar. Y es cierto que no tenemos que ser católicos obsesionados por la culpa, pero sí tenemos que tener contrición de los pecados«.
Lo que la gente prefiere
Thomas Groome, profesor de teología y educación religiosa en el Boston College, interpreta el cambio en clave sociológica: con los «cuartos de la reconciliación» y los fieles cara a cara con el sacerdote «en un contexto de autoayuda«, «la Iglesia se movía en una dirección donde los sacerdotes eran más consejeros que jueces»: «Pero resulta que muchos sacerdotes no tienen talento como consejeros, y a muchos fieles no les gusta esa apertura y prefieren el anonimato de la rejilla».
Y a tenor de los resultados, al menos en esas dos parroquias, es lo que funciona.