Dios, Padre Nuestro, te alabamos y te damos gracias por el amor inmenso e incondicional con el que cada uno de nosotros fue creado. Ese mismo amor incondicional hizo que San Pablo, él que perseguía a tu pueblo, se convirtiera en uno de los los más grandes apóstoles de Jesús, Nuestro Salvador.
Hoy, te suplicamos que tu amor se desborde sobre todos los médicos abortistas del mundo. Te lo suplicamos con fervor, afin que puedan comprender lo mucho que los amas. Padre amorosísimo, danos la fuerza de convertirnos en instrumentos de tu amor, para que todos puedan vivir la experiencia de la inmensidad de tu misericordia, desde los médicos abortistas hasta las inocentes víctimas del aborto.
Te lo suplicamos en el Nombre de Tu Hijo Amadísimo, Jesús.