Created on Saturday, 29 June 2013 13:31
Written by Wendy Wright
NUEVA YORK, 28 de junio (C-FAM) Los cristianos en Europa son víctimas de arrestos, multas, actos vandálicos, y sanciones profesionales debido a una corriente de intolerancia social y restricciones gubernamentales cada vez mayor, según un nuevo informe.
Este vincula la discriminación a una ola de nuevas leyes que afectan de manera selectiva a los cristianos.
«Son quienes se esfuerzan por vivir de acuerdo con las altas demandas éticas del cristianismo los que experimentan un choque», no los creyentes nominales que se alinean con la corriente social dominante, afirma la dra. Gudrun Kugler.
Kugler dirige el Observatory on Intolerance and Discrimination against Christians (Observatorio sobre intolernacia y discriminación contra Cristianos), el cual publicó el informe en una conferencia internacional sobre la materia, que se celebró en Albania, en mayo.
Los países europeos se enorgullecen de estar a la vanguardia de los derechos humanos, y con frecuencia aprovechan foros como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para presionar a otros países. No obstante, el informe descubre que hay una serie de leyes nuevas que estigmatizan a los cristianos y desafían derechos humanos internacionales como el de la libertad de conciencia, de expresión y los derechos de los padres.
En los Países Bajos, pese a regir el derecho a no participar en intervenciones médicas antiéticas, el aborto forma parte de la capacitación obligatoria de obstetras y ginecólogos. Un tribunal del Reino Unido ordenó a dos parteras católicas que supervisen a otras colegas cuando perpetran abortos.
Suecia no otorga derechos de conciencia a trabajadores de la salud, parteras, estudiantes de medicina ni farmacéuticos.
En Irlanda, los funcionarios de los registros civiles pueden ser encarcelados hasta seis meses por no oficiar ceremonias entre parejas del mismo sexo. Las iglesias pueden ser multadas por no permitir que sus instalaciones se utilicen para solemnizar esa clase de uniones.
Francia prohíbe las expresiones negativas en contra de la homosexualidad. Predicadores callejeros cristianos, manifestantes provida y una pareja cristiana que mantenía una conversación privada fueron acusados de violar una ley del Reino Unido contra expresiones o conductas «susceptibles de motivar hostilidad, despertar alarma o provocar angustia».
Mientras que se permiten las obscenas marchas de «Orgullo gay», se ve con recelo el derecho de asociación del que gozan los cristianos. Las protestas silenciosas, los asesoramientos y las oraciones elevadas en clínicas abortistas pueden acabar en arrestos por acoso en Austria.
Los propietarios cristianos de un hostal en el Reino Unido fueron multados por no alquilar una habitación de su casa, donde viven con sus hijos, a una pareja de homosexuales. En los Países Bajos se exige a las instituciones gubernamentales que rescindan contratos celebrados con partes privadas que se niegan a participar en uniones entre personas del mismo sexo.
Un médico cristiano del Reino Unido fue despedido por enviar una oración a sus colegas mediante correo electrónico. Un juez dictaminó que los cristianos no tienen derecho a abstenerse de trabajar los domingos afirmando que eso no constituye un «componente fundamental» de sus creencias.
Los padres tienen el derecho universal de educar a sus hijos. No obstante, en Alemania se penaliza la escolarización en el hogar, mientras que Austria amenaza a las familias con llevarse a sus hijos. La educación sexual gráfica es obligatoria para los niños en Suecia, donde una pequeña de once años se sometió a dos abortos sin el consentimiento de sus padres.
En el informe se presume que estas leyes propician un clima hostil que da cabida a ataques que quedan impunes.
Un artista prendió fuego a una cruz en Eslovenia (había cometido el mismo acto diez año antes, pero resultó sobreseído). Una librería católica francesa fue destrozada veintiséis veces sin que hubiera respuesta por parte de las autoridades públicas o de los medios. La Asociación Polaca de Fútbol prohibió las cruces y las biblias por considerarlas «material racista y xenófobo».
En Francia, el 84 % de los actos vandálicos ocurridos en 2010 fueron contra lugares cristianos. Una ciudad española prohibió la presencia de un obispo en sus actos públicos oficiales por criticar el estilo de vida homosexual.
«Los cristianos no piden un trato especial», dijo Gary Streeter, miembro del parlamento del Reino Unido, «pero buscamos condiciones iguales para todos y que se conceda el mismo lugar en nuestra legislación y en nuestra sociedad a las creencias que se mantienen de forma sincera ».
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano