Correspondencia entre una quebequense sorprendida y una colaboradora de la Campaña Quebec-Vida.

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Publicado por Georges Buscemi en Campagne Québec-Vie, Jueves 06/04/2013 – 09:40

Resumido y traducido del francés por Elizabeth de la Teja Bosch para www.catolicasmexico.com
Comentario de Elizabeth de la teja . «Creo que ilustra bastante bien en qué punto está la opinión pública en Quebec con respecto al tema del aborto. Este tipo de artículo acerca a los hispanos a la realidad de esta parte de Canadá, donde están tan de moda los «progresistas» que hasta se asombran cuando alguien defiende la vida».

Quebequense sorprendida: luego de la muerte de M. Morgantaler, escuché al presidente de vuestra organización en los medios de difusión. Me parece que, por el bien de la organización, él debería dimitir. Siendo hombre, no tiene ninguna credibilidad en este asunto. ¿Qué sabe él lo que es estar embarazada y llevar un niño en el vientre, con todo lo que eso implica?

Luego tuve la idea de visitar vuestro sitio internet ¡Qué sorpresa! no me imaginaba que en el 2013 hubiera gente con ideas tan conservadoras. Sobre todo luego de leer estas líneas acerca del objetivo de vuestra organización:

“La educación de gobierno y de los ciudadanos acerca del aborto, la investigación que se lleva a cabo sobre las células embrionarias, el suicidio asistido, la eutanasia, y otras amenazas a los derechos del ser Humano y a la dignidad”. ¡Amenazas a los derechos del ser Humano y a la dignidad! ¿Qué hay más digno para un humano que poder disponer de su cuerpo como él crea conveniente? ¿Qué hay más digno que la libertad de elección? Está claro que acciones como el aborto y el suicidio asistido deben estar bien enmarcadas para evitar el abuso, pero, desde mi punto de vista, esto sigue siendo un derecho fundamental del ser humano. A usted, que está por la vida, le digo solamente, vivir…!y dejar vivir!

De cualquier manera, creo que la promoción de la vida familiar y de los valores tradicionales es algo positivo, ya que han sido probados en lo que concierne la probabilidad de conducir a una vida feliz. Sin embargo, considero que se debe respetar la elección de los que prefieren alejarse de ese modelo. Al menos habrán vivido su vida como querían.

Buen día

-Una quebequense sorprendida-

Estimada señora:

El presidente de la Campaña Quebec-Vida me preguntó si podía responder su correo, ya que al parecer usted rechaza de antemano todo lo que un hombre podría decir a propósito de los embarazos.

Por tanto, intentaré responderle como mujer, y madre de cuatro hijos. No me sorprende saber que a usted le impresionó descubrir el sitio de CQV (Campaña Quebec-Vida). Muchos quebequenses, hombres y mujeres, sobre todo de la más joven generación, reciben información solamente de los medios de comunicación oficiales y a través del gobierno, los cuales son unánimes en la promoción del aborto como derecho fundamental de las mujeres.

Con respecto a este derecho, me gustaría invitarle a reflexionar. ¿Es en verdad posible, que los miembros de un grupo de la sociedad reclamen el derecho de disponer de la vida de otro grupo? No, no es posible. Para que esto se hiciera, hizo falta primero despojar a los niños por nacer de su dignidad humana. Por tanto, resulta evidente para toda persona capaz de reflexionar, que esta dignidad es suya por naturaleza. Las madres y los padres que esperan un hijo (sí, porque lo esperan los dos) lo saben muy bien.

Es en este punto en que se sitúa el conflicto entre los pro-elección y los pro-vida. Si se tratara de una simple elección, de tener, o no tener un hijo, o de disponer de su propio cuerpo, la controversia estaría terminada hace tiempo. Los problemas están en el hecho de que el niño ya está ahí, que es otro cuerpo y la pregunta en ese punto es: ¿matar o no matar a otro?

Usted estaba muy sorprendida por las ideas que estimaba muy conservadoras. En nuestra sociedad hemos estado condicionados desde hace ya años a clasificar muchas cuestiones importantes, en dependencia de la solución propuesta, como conservadoras o progresistas. En realidad deberíamos buscar juntos las soluciones que se correspondan a la justicia y a la verdad, en lugar de clasificarlas como antes he mencionado.

En el caso del aborto, se aplica en Quebec, desde hace más de 30 años, una perspectiva progresista: aborto a petición, pagado de modo indiferente por los pro-elección y por los pro-vida. Les quitamos el derecho a la vida a los niños por nacer para poder darles el derecho al aborto a las mujeres. Los conceptos de la verdad y la justicia impiden hacer una transferencia de derecho de este tipo. Es por esto que el movimiento por la defensa de los niños por nacer no mengua, por el contrario, se expande. Si usted entiende el inglés, le recomiendo visitar el sitio de CCBR. Este organismo fue fundado por una mujer joven. Usted verá que en Canadá existe una nueva generación consciente de la terrible injusticia que se comete con nuestros niños por nacer. Estos jóvenes se consideran afortunados sobrevivientes, nacidos todos luego de 1998, fecha en que Canadá perdió toda ley que enmarcara el aborto, y quieren consagrar su vida al restablecimiento de la justicia.

Usted cree que “la promoción de la vida familiar y de los valores tradicionales es algo positivo, ya que han sido probados en lo que concierne la probabilidad de conducir a una vida feliz”. Estoy de acuerdo con usted, y por mi parte, no creo que las mujeres se hallarán en peores condiciones cuando nuestra sociedad invierta en su feliz maternidad, más que en los abortos.

Con respecto a temas como el aborto, la homosexualidad o incluso la eutanasia, el Gobierno y los partidos políticos representados en el Parlamento, al contrario que la población de Quebec, son unánimes para hacer la promoción de valores de los lobbies feministas, homosexuales y otros, a costas de los valores familiares. Es aquí que aparece la importancia de la misión de CQV.

CQV no cederá al ambiente de intimidación que impone la unanimidad a nuestros diputados y a la casi totalidad de los medios de comunicación. No es fácil. Somos humanos y podemos cometer errores, pero creo que CQV lleva a cabo con honor las tareas que le confiere su misión. en el contexto del pensamiento único que reina en Quebec, las ideas que defiende nuestro organismo parecen a veces conservadoras, como usted dice, pero si usted sale de Quebec, al oeste o al sur, verá que el debate es vigoroso.

Lo que más le falta a Quebec es esta diversidad de pensamiento con respecto al tema del cual tratamos. Que pueda usted continuar sus reflexiones libremente por el bien de Quebec, es lo que yo le deseo.

En espera de releerle algún día

–Colette, esposa, madre de 4 niños y colaboradora de la Campaña Quebec-Vida

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