Austin Ruse | Nueva York | 15 de septiembre de 2016
(Atribución: www.all-free-photos.com)
(Nueva York, C-FAM) Tres poderosas agencias de la ONU patrocinan la publicación de un documento, la semana que viene, en el que se llama a la Iglesia católica a cambiar sus enseñanzas, no solo en cuanto a los medios anticonceptivos, sino también con respecto a la homosexualidad, la masturbación y la fecundación in vitro.
El documento lo redactó el exsacerdote disidente John Wijngaards, con base en el Reino Unido, y hasta ahora lleva la firma de más de cien académicos católicos heterodoxos, así como de algunos no católicos.
Se publica el documento en preparación para el quincuagésimo aniversario, en 2018, de la encíclica de Pablo VI Humanæ vitæ, que reiteró con la Iglesia bimilenaria y docente que la contracepción nunca es moralmente admisible y nunca lícita, ni siquiera en matrimonios católicos.
La declaración de Wijngaard arremete contra la infalibilidad de la doctrina católica sobre anticonceptivos. Sostiene que la Humanæ vitæ no puede considerarse infalible, pues no es “verdad revelada”, ni pretende explicar o defender una verdad de la “revelación cristiana”.
Esos académicos, desde universidades en todas partes del mundo, mantienen que el acto conyugal no tiene por qué estar siempre abierto a la transmisión de la vida, dado que este acto tiene muchos otros propósitos tales como “el placer, el amor, el consuelo, la celebración y la compañía”.
El documento hace un llamamiento a la creación de un proceso nuevo y democrático en la Iglesia, por el cual algunos “expertos” se encarguen de examinar varias cuestiones controvertidas y determinen lo que constituiría la nueva enseñanza católica. Por supuesto que entre estos expertos habría más que solo católicos. Los firmantes del documento esperan que tal cónclave de expertos también procure cambiar lo que enseña la Iglesia sobre masturbación, relaciones homosexuales y fecundación in vitro.
La perspectiva global del documento es impresionante. Financian la publicación el Fondo de Población de las Naciones Unidas, ONU Mujeres y ONU SIDA, agencias con un presupuesto anual total de más de mil millones de dólares. Se alude en el texto, naturalmente, a los ya caducos Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Defensores de la planificación familiar de índole ONU, que comprende en algunos casos la puesta en marcha de programas de control poblacional coercitivos, ven en la Iglesia católica desde larga data su antagonista principal. Creen que la Iglesia obstaculiza la aceptación universal de los “medios anticonceptivos modernos”.
Según las Naciones Unidas, el mundo ya está repleto de anticonceptivos. Solo quedarían unos cuantos lugarcitos en la tierra donde aún no son de uso masivo. Los voceros de la ONU aseguran que en todas partes del mundo, las mujeres sufren de una “necesidad insatisfecha” de medios contraceptivos modernos. Tal como Rebecca Oas de C-Fam ha informado repetidas veces, referirse a una “necesidad insatisfecha” es, más que usar un término médico, adoptar una postura política, e intentar hablar en nombre incluso de las mujeres que se oponen al uso de anticonceptivos por motivos morales y religiosos, o que, por querer tener hijos, no los usan en absoluto.
Llama la atención el hecho de que en el documento no se refiera a la enseñanza católico sobre contracepción, la cual data de la Iglesia primitiva, sino que se habla de la “postura” católica sobre contracepción, como si esta no fuera nada más que una receta política, tan sujeta a los vientos de opinión pública como lo son las políticas seculares en el mundo actual.
El hombre a quien se debe la concepción del documento, John Wijngaards, disiente del Magisterio católico desde la mayor parte de su carrera intelectual. Colgó los hábitos por su desacuerdo con la Iglesia sobre la ordenación sacerdotal de mujeres.
Se publica el documento el 20 de septiembre en el Auditorio del Ejército de Salvación en Nueva York.
Austin Ruse es redactor, y actual presidente, de C-Fam. Salió el artículo original en el Friday Fax, un informe semanal publicado en línea por C-Fam (Centro Para el Derecho Humano y Familiar), instituto de investigación basado en Nueva York y Washington D. C. (http://c-fam.org). Traducido con permiso por Jules el 2016-10-04.
Artículo original:
Ruse, Austin. “Powerful UN Agencies Pressure Catholic Church on Contraception, Homosexuality, Masturbation”. https://c-fam.org/friday_fax/powerful-un-agencies-pressure-catholic-church-contraception-homosexuality-masturbation/.